Dios
condena las obras del demonio.
{{ 14 Y el Señor Dios dijo a la serpiente:
«Por haber hecho esto, maldita seas entre todos los animales domésticos y entre todos los animales del campo. Te arrastrarás sobre tu vientre, y comerás polvo todos los días de tu vida.
15 Pondré enemistad entre ti y la mujer, entre tu linaje y el suyo. El te aplastará la cabeza y tú le acecharás el talón»}}.
(Sag.
Biblia – Génesis, cap. 3)
---------------------
------------------------------
---------------------
------------------------------
Se
había adueñado de las almas, hasta el punto, qué…, al venir por
el linaje del demonio (espíritu del mal) la muerte espiritual y
física, la condición de unos había quedado relegada al grado más
bajo de la existencia física y espiritual, e incluso, para aquellos,
que fueran buenos, su condición espiritual y física había quedado
limitada por causa del pecado. Y es por esto, qué Dios, ya desde
entonces, anuncia el nacimiento de una mujer, que tendría un hijo,
por quién habría de venir la salvación para el género humano, de
tal modo, que por Él, todos los que se convirtiesen y alcanzasen
Su gracia sentarían enemistad eterna entre el Bien (el linaje de la
mujer) y el Mal (el linaje del diablo).
La condición del género humano por causa del pecado había quedado, para unos degradada, y para aquellos en los que el pecado anida en su corazón y dan malos frutos (las obras del diablo) resultará peor que la de los animales, pues estos, al menos, mueren por una razón puramente biológica, sin embargo los hombres en tan baja condición, quedan en una situación de muerte espiritual que nunca se extinguirá, y su sufrimiento moral y en cualquiera otros aspectos será por toda una eternidad y sin retorno a la vida de la gracia.
El
fuego del infierno es fuego, que no es fuego que quema el cuerpo, es
fuego espiritual que quema el alma, y que en el día de la
resurrección física producirá el mismo o similar efecto espiritual
sobre el cuerpo.
El
fuego del amor de Dios es la antítesis moral al fuego del infierno,
es una barrera que ni los de un lado ni los del otro podrán
sobrepasar, en otras palabras, en ella misma está marcada la
enemistad eterna entre el Bien y el Mal.
Dios
nos hace ver también, qué el diablo “espíritu del mal”, a
pesar de la Promesa hecha por Dios de salvación, seguiría acechando
desde su peor condición, con el fin de arrastrar, si no nos
convertimos, cuantas más almas posibles hacia el poderío del reino
del mal: Primero en esta vida terrena, para luego, después de la
muerte, pertenecerle de forma definitiva por ser miembros de su
linaje espiritual de baja condición, al condenarnos a nosotros
mismos por toda una eternidad. El mismo Jesús de Nazaret nos dice:
{{
11..el Príncipe de este mundo ya ha sido condenado }}.
(Jesús de Nazaret – Evangelio de San Juan; cap. 16, 11)
(Jesús de Nazaret – Evangelio de San Juan; cap. 16, 11)
{{
47 Al que escucha mis palabras y no las cumple, yo no lo juzgo,
porque no vine a juzgar al mundo, sino a salvarlo. 48
El que me rechaza y no recibe mis palabras, ya tiene quien lo juzgue:
la palabra que yo he anunciado es la que lo juzgará en el último
día }}.
(Sagrada
Biblia – Evangelio de San Juan, cap. 12)
{{
...Y el Hijo de Dios se manifestó
para
destruir las obras del demonio }}
(Sagrada
Biblia -1ª carta de San Juan; cap. 3; 8)
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Antonio Francisco Méndez Roldáncatólico = cristiano universal
evangelizador