{{
3 Y apareció otra señal en el cielo: un gran Dragón rojo, con
siete cabezas, diez cuernos, y sobre sus cabezas siete diademas.
El
Dragón es el demonio y sus acólitos. Las siete cabezas representan
las fuerzas contrarias a las siete primeras iglesias, y en el tiempo
contrarias a todas las iglesias que a partir de ellas se han
constituido. Los diez cuernos vienen a significar los pecados que
infringen los 10 mandamientos de la ley de Dios (decálogo). Y las
siete diademas son el reconocimiento al prestigio y poderío del mal,
que a su vez son atribuibles a las siete cabezas contrarias a las
primeras siete iglesias primitivas, por escatología y antítesis a
todas las iglesias cristianas.
4
Su cola arrastra la tercera parte de = las estrellas del cielo y las
precipitó sobre la tierra. = El Dragón se detuvo delante de la
Mujer que iba a dar a luz, para devorar a su Hijo en cuanto lo diera
a luz.
La
Palabra de Dios, qué es la Segunda Persona de la Trinidad y que no tiene principio ni fin, por lo tanto tampoco
espacio en el tiempo, funda la Iglesia desde una eternidad. La
Iglesia es Jesús de Nazaret, la Palabra de Dios encarnada, y en
torno a Él que es la Iglesia gira toda la historia de la salvación.
Dios por medio de sus leyes, desde la antigüedad, y posteriormente
por los mandamientos dados al pueblo elegido, va configurando con
infinita sabiduría su estrategia de salvación, así también por su
influencia en las diferentes culturas. Así y todo, el dragón con su
astucia que hace proclive a los humanos al mal, logra hacer caer una
gran parte de los ángeles, estrellas del cielo, y almas humanas, las que son también de considerar estrellas del cielo. Así es qué el dragón se puso al acecho de la Mujer
(la virgen María llena de gracia y libre de todo pecado desde su concepción inmaculada, preludio que venía a significar la humanidad de los todos los tiempos, salvada por el cumplimiento de la ley y aún no rescatada del pecado), que iba a dar a luz, con el fin de
devorar a su Hijo. Su Hijo fue tentado), ya qué “fue en todo igual a
nosotros menos en el pecado”…. Es más, tratando de apartar las
almas de Jesús, desde el momento en que naciera y llevándoles por el
camino de la perdición, sería como devorarle.
A
continuación os estaréis preguntando, ¿Jesús, siendo Dios, tenía
la posibilidad de pecar?. Por supuesto que no, pero esta es otra
cuestión que por el momento no viene a cuento del desarrollo de este
tema......
5
La mujer = dio a luz un = Hijo = varón, = el que ha de = regir a
todas las naciones con cetro de hierro; =
La
virgen Marian, la madre de Jesús de Nazaret, fue la persona humana,
quién con su “si”, contribuyó al misterio de la encarnación.
Al
resto de los humanos, también nos toca decir si a Dios, para que el
misterio de la encarnación, cuya finalidad fue destinada por el amor
de Dios a la redención humana, pueda tomar vida espiritual en
nosotros y podamos así formar parte del Cuerpo Místico de Cristo.
Así no se cumplan en nosotros estas palabras dichas por el
profeta Isaías atribuibles a Jesús de Nazaret, a las que el mismo
Jesús hace referencia muchos años después:
{{14......
"Por más que oigan, no comprenderán, por más que vean, no
conocerán, 15 Porque el corazón de este pueblo se ha endurecido,
tienen tapados sus oídos y han cerrado sus ojos, para que sus ojos
no vean, y sus oídos no oigan, y su corazón no comprenda, y no se
conviertan, y yo no los cure".
16
"¡Pero dichosos vuestros ojos, porque ven,
y
vuestros oídos, porque oyen! }}.
(Evangelio
de San Mateo, cap. 13)
{{
22 Pues sabemos que la creación entera gime hasta el presente y sufre dolores de parto.
23 Y no sólo ella; también nosotros, que poseemos las primicias
del Espíritu, nosotros mismos gemimos en nuestro interior
anhelando el rescate de nuestro cuerpo (Carta a los romanos, cap. 8) }}.
y
su hijo fue arrebatado hasta Dios y hasta su trono}}.
(Sagrada
Biblia – Apocalipsís; cap. 12)
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Antonio Francisco Méndez Roldán
católico=cristiano universal
evangelizador
Continuaremos....