La
Mujer representa a la humanidad,
que habría de ser purificada,
luego
del pecado original.
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En ella, Dios y el hombre terminarían
por
darse un abrazo de amor.
{{
1 Una gran señal apareció en el cielo: una Mujer, vestida del sol,
con la luna bajo sus pies,
El sol representa a Dios, y la luna a la Iglesia que refleja la luz
del sol.
Ya
desde los primeros tiempos de la historia religiosa,
Dios
se apiada de los hombres,
y
una corona de doce estrellas sobre su cabeza;
Dios
rige a la Iglesia. La virgen María, primer templo de Cristo y a partir
de ella, Él instituye la Iglesia en los primeros doce apóstoles para
regir el destino espiritual de la humanidad.
Muertos en la guerra de Siria
2
está encinta, y grita con los dolores del parto y con el tormento de
dar a luz (Sagrada Biblia, apocalipsis, 12) }}.
La
historia humana se sigue fraguando con dolor por causa del pecado
original de nuestros primeros padres Adán y Eva, antesala de su
liberación, alumbramiento espiritual después de nuestra muerte física.
Feliz alumbramiento que habría de producirse tanto por el
cumplimiento de la ley como por la liberación definitiva a partir de
la venida de Nuestro Señor Jesucristo.
Todo
fue y es la consecuencia, de qué viendo Dios que el hombre había
caído en tan baja condición... decimos que fue Dios quién expulso
a Adán y Eva del Paraiso Terrenal. Y en realidad si fue Dios, pero
fue el hombre quién se expulsó a si mismo a causa del pecado, pues
había perdido su condición superior, y ya sus actos no siempre
reflejaban los atributos de perfección inmanentes a Dios.
La
gracia de Dios y los atributos divinos que la gracia conlleva habían
sido perdidos y el hombre ya no podía tener vida eterna. Nuestras
almas estaban enfermas por el pecado y de momento no había
antídoto.
{{
22 Después el Señor Dios dijo: «El hombre ha llegado a ser como
uno de
nosotros en el conocimiento del bien y del mal. No vaya a ser
que ahora
extienda su mano, tome también del árbol de la vida, coma
y viva para
siempre».
23
Entonces expulsó al hombre del jardín de Edén, para que trabajara
la tierra
de la que había sido sacado. 24 Y después de expulsar al
hombre, puso al
oriente del jardín de Edén a los querubines y la
llama de la espada
zigzagueante, para custodiar el acceso al árbol
de la vida }}.
(Sagrada
Biblia – Génesis, cap. 3).
Antonio Francisco Méndez Roldán
católico = cristiano universal
evangelizador
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